Opinión

Espinas cándidas

La democracia se alza sobre la esfera formal. Más allá está la selva. Pero sobre todo la democracia se funda en la igualdad de condiciones en una sociedad determinada. El sufragio universal o la separación de poderes son elementos necesarios pero no suficientes. Si desde la ingenuidad, la laxitud o la prepotencia se vulneran los principios de la igualdad obturando los conductos reglados, la pérdida es insustituible. ¿Por qué se le entrega a Blasco un documento dirigido al juzgado, saltándose las vías oficiales? Ahí hay un problema. El otro es el de la candidez. ¿Cómo es posible que el conseller de Hacienda «elija» el hemiciclo de las Corts -entre los focos políticos y periodísticos- para dar en mano un informe que no es ni de su incumbencia? ¿La impunidad del poder? No está José Manuel Vela cortado por los patrones de la arbitrariedad o el despotismo; más bien calza los códigos de la espontaneidad, la eficacia y la llaneza. En todo caso, su error es monumental. Lo es desde el punto de vista político, porque Vela se ha metido en un lío morrocotudo, y lo es desde el punto de vista judicial: la jueza instructora del caso Cooperación, que investiga un presunto fraude en las subvenciones a ONG, ha remitido al fiscal la información publicada por este periódico para que se examine si existen responsabilidades penales relacionadas con la «filtración» a Blasco. El voltaje de la jueza es enérgico: no se lo ha pensado dos veces. Después, en el inmenso baile judicial, las figuras jurídicas se amoldan a un repertorio de danzas muy extenso y los cuerpos se van acoplando al ritmo que marca el director de orquesta. ¿Revelación de secretos? ¿Daño para la causa pública? ¿Terceras personas perjudicadas? ¿La confidencialidad maltratada? El catálogo es versátil. La línea polítca tampoco es magánima con el «infractor». Recordemos que uno de los mandamientos de Fabra se cimenta sobre la limpieza y la transparencia, escobas que han de barrer cualquier sospecha o sombra de duda de la etapa anterior. Los límites, pues, son precisos. Y ahogan al más pintado. Por ejemplo, a Castellano (si alguien no lo remedia). La inconsciencia de Vela puede llevarle a compartir el mismo espinoso territorio. Esperemos que no.

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