Opinión

¿Quién mata?

No proteger al planeta del Cambio Climático supondrá desplazados, defunciones y una factura inmensa. Eso dicen. Hay que invertir para prevenir y contrarrestar sus efectos. Si no hace así, la Humanidad lo pagará bien caro. Luchemos contra el cambio climático. Si las previsiones aciertan, salvamos a la Humanidad; si son fallidas, tampoco pasa nada. ¿No pasa nada? ¿Ó sí? Dinero que se invierte en prevenir el Cambio, desgraciadamente se deja de invertir en prevenir enfermedades, investigar su curación, suministrar de agua potable a la población mundial ó eliminar el hambre en el mundo. Y puestos a hablar del clima, no es el calor sino el frío lo que más mata. Bien lo sabe mi estimado colega José Miguel Raso, todo un experto en la materia. En los meses de invierno la mortalidad aumenta entre un 5 y un 30% según los países de Europa y a este efecto no escapa la Europa mediterránea, incluida España, a pesar de sus inviernos más suaves. Siguiendo los datos del INE, las casi 35,000 defunciones de media en enero entre 1975 y 2010 contrastan con las poco más de 24,000 del mínimo, en septiembre. La ola de calor de agosto de 2003 supuso un importante incremento estival, próximo a los 35,000 muertos, muy alejados de los 42,000 de enero de 2009 ó los 48,000 de ese mes en 2005. Las subvenciones a las energías renovables, con casos "curiosos" de placas solares produciendo con nocturnidad (¿y alevosía?) y sospechosas relaciones entre políticos y empresas energéticas, han ayudado a encarecer la factura eléctrica, y en el primer trimestre de 2011 llevaron a nuestro país al tercer puesto de Europa (15´97 céntimos de euro por kilowatio/hora). A más de uno, en plena crisis y un paro galopante, esta circunstancia puede haberle dejado a merced del frío. Y el frío, hoy, ya no perdona.

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