Vendido al mejor postor

Ni Bancaja, ni la CAM, ni, dentro de poco el Banco de Valencia. La avaricia, los pelotazos y la especulación inmobiliaria, y la descarada subordinación de los criterios estrictamente técnicos a la componenda política han provocado la desaparición de las hasta hace poco sólidas „de eso al menos presumían„ estructuras financieras valencianas. Los empresarios, que son los que más se quejan al haber perdido interlocución y cercanía, fueron ayer informados por el director general del BdV que impuso el Banco de España, José Antonio Iturriaga, del inmediato cambio de dueños de la entidad de crédito que llevaba blasonado con orgullo el nombre de Valencia. Ante el inasumible gasto que supondría liquidarla, no existe o al menos eso se nos dice mejor salida que buscarle comprador. Quedará engullida en unos días por La Caixa, Bankinter o el BBVA, los tres operadores que mayor interés han mostrado por quedarse con los despojos. La subasta podría celebrarse esta misma semana, coincidiendo con el dictamen europeo de recapitalización del sistema financiero español.

La venta cerrará 112 años de historia de un puntal bancario en la industrialización valenciana y cuya propiedad estuvo siempre ligada a los apellidos de mayor lustre de la burguesía «de soca». Hoy los tenedores de las acciones, que han perdido su valor, se disponen a entonar el responso. Y la patronal también reza para que los nuevos dueños mantengan la marca y la toma de decisiones en Valencia. Estamos tan machacados que ya nos conformamos con poco.