Opinión

Medusas del Mediterráneo

Muchas veces se relaciona el aumento en la presencia de medusas con el cambio climático. Sin embargo, sigue habiendo una falta de información y de datos que corroboren este extremo. Y es que la presencia recurrente de medusas en nuestras playas, así como el aumento que estos organismos están experimentando en los últimos años están siendo investigados gracias a la colaboración de la Fundació Baleària. El trabajo está dirigido por la Dra. Verónica Fuentes y el Dr. Josep María Gili, ambos del Institut de Ciències del Mar de Barcelona (CSIC), y por el profesor César Bordehore, del Departamento de Ecología de la Universitat d'Alacant. Este estudio se puede llevar a cabo con la colaboración de la Fundació Baleària, y forma parte de un proyecto más ambicioso (www.cubomed.eu) que cuenta con el apoyo de la Comisión Europea y otras administraciones, como la Dirección General del Agua de la Generalitat Valenciana y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Aunque todavía no se ha finalizado el estudio, los resultados que se van obteniendo son alentadores, en la medida en que se ha establecido, por primera vez en el Mediterráneo español, una distribución espacial y temporal de la presencia de medusas y otros organismos gelatinosos en diferentes épocas del año, utilizando para ello los trayectos marítimos hacia las Balears (Eivissa y Mallorca) realizados en los ferries desde Valencia, Barcelona y Dénia.

La investigación comenzó en 2010 y este año ya se cuenta con información de más de 120 viajes. Hasta que se inició el presente estudio no existían cifras concretas sobre las diferentes especies de medusas que transitan entre la península y las islas. De esta manera a medio plazo se podrán establecer relaciones, por ejemplo, entre la temperatura del mar, la cantidad de plancton, o el origen de determinadas masas de agua, que permitirán prever desplazamientos en masa de estos organismos hacia las playas. Los mapas se basan en los avistamientos de medusas cuantificados en invierno (enero a marzo), primavera (abril a junio), verano (julio a septiembre) y otoño (octubre a diciembre). En invierno las especies más abundantes han sido la Pelagia noctiluca y la Aequorea forskalea. Durante la primavera se ha observado la mayor diversidad de medusas. Además de Pelagia noctiluca y Aequorea forskalea, se ha podido ver Velella velella en elevadas densidades, y avistamientos puntuales de Rhizostoma pulmo, Aurelia aurita o Chrysaora hysoscella.

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