Opinión

Tan moderna para unas cosas, tan arcaica para otras

Minerva Mínguez

Expectantes están algunos ante el desembarco del Papa en las redes sociales. Lo hará el próximo lunes, anuncian desde el Vaticano. Como Benedicto XVI está algo mayor para estar dándole al teclado digital, la elección de los 140 caracteres de los mensajes correrá a cargo de sus colaboradores, advierten. Yo, la verdad, podría sobrevivir sin la sacrosanta opinión de Joseph Ratzinger, pero respeto al que necesita escuchar la palabra bíblica. Bien desde el clásico púlpito, o a través de Twitter. La Iglesia es así de sorprendente. Tan moderna para unas cosas, y tan arcaica para otras. Eso sí, que se ande con cuidado el santo padre y se limite a colgar versículos y salmos. De lo contrario, corre el riesgo de abonarse a la polémica. Y si no, que le pregunten a nuestro Cañizares (el exportero del Valencia, claro), y su embarazadísima mujer, que regalaron a media España „ y parte de la otra„ íntimas escenas de ducha. Convendría que las únicas que pudieran quedar desnudas en este caso fueran las conciencias.

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