Opinión

Ir tirando

José Vicente Villaescusa

Su voz de ultramar nos evoca todas las imágenes. Es Lisboa. La noche del miércoles, Teresa Salgueiro presentó su nuevo trabajo O misterio grabado en el convento franciscano de Arrábida en Setúbal. En el escenario del Teatro Principal, volvimos a Lisbon History, el filme que Win Wenders realizó para celebrar que la ciudad fue capital europea de la cultura en 1994. Ahora que Portugal, Italia y España atravesamos parecidas dificultades, oímos en su voz que no lo sabemos todo sobre la realidad que nos rodea y que el misterio de la vida acompaña a la fragilidad de nuestra condición humana. Pessoa, que escuchaba sin mirar y así decía ver, sostenía que «todas las naciones son misteriosas. Cada una es el mundo entero a solas (€) el portugués es un militante de la imposibilidad». Tal vez al sueño europeo también le suceda lo que al portugués pessoano.

Entre mitos, fábulas y leyendas transcurre también el filme Una película hablada, de Manoel de Oliveira. Una profesora portuguesa de historia, Rosa María, realiza con su hija un crucero por el Mediterráneo. Coincide en el barco con una empresaria francesa, una modelo italiana retirada, una actriz y cantante griega y el comandante, un americano de origen polaco. Todos se entienden en sus diversas lenguas. Se repasan los viejos mitos de la aventura marítima portuguesa de la era de los descubrimientos, el rey Sebastián desaparecido en la batalla de Alcazarquivir, la gran derrota nacional y su vuelta en una mañana de niebla a instaurar el reino de los cielos, y también el mito de Ulises, las ruinas de Pompeya, la Acrópolis de Atenas y Santa Sofía de Estambul. Un crucero por el Mare Nostrum, por el antiguo mar, por la memoria común. Un viaje que acaba trágicamente en medio de la decadencia europea, en un mundo a la deriva con el aumento de la incomprensión y el fanatismo. Antes del final oímos una canción antigua griega en la voz de Irene Papas: «¿Qué ha sido de las flores de azahar? ¿Qué ha sido de tu antigua belleza? ¿Qué ha sido de tus adornos? El viento del norte sopló y se las llevó todas, mis pequeñas naranjas».

Es el mismo viento del norte que sopla fuerte y trae nuevos darwinismos sociales que dominan en la Europa de hoy y relegan el viejo humanismo, la Ilustración y los valores de nuestra modernidad. Esos vientos del norte soplan fuertes también en el nuevo presupuesto de la Comisión Europea para el periodo 2014-2020. Nuestra Torre de Babel ya no son las lenguas, sino los intereses monetaristas entre acreedores y deudores que quieren un recorte de más de 25.000 millones de euros en el nuevo presupuesto. Sufrirán drásticos recortes la política agraria y los fondos de cohesión destinados a las regiones más pobres. Berlín defiende sus intereses nacionales, y el Reino Unido pretende imponer un jaque mate a lo que ellos llaman la burocracia de Bruselas. Todo se mueve en el juego de las varias velocidades, en la Europa de varios núcleos. Se incrementan las divisiones entre el Reino Unido, Francia y Alemania, que tendrían que actuar como motores de la Europa del futuro. De telón de fondo, las contradicciones entre los 17 de la Eurozona y los 27 miembros de la UE.

Nuestro país puede perder 20.000 millones de euros al pasar a ser contribuyente neto. Es un proceso abierto a la negociación que requerirá, a principios del año próximo, buscar un acuerdo que pueda ser presentado por todos como satisfactorio. También en Cataluña todo queda pendiente de negociación y de búsqueda de acuerdos después de los resultados de las elecciones del domingo. Las urnas han desautorizado la visión de Artur Mas al lanzarse, en una legislatura demediada, a seguir su visión de la manifestación del pasado 11S y anticipar las elecciones buscando una «mayoría extraordinaria» para «una situación excepcional». La realidad siempre resulta más prosaica que los sueños.

Los resultados de las elecciones conducen a Mas a un pacto de legislatura, en el dilema de situarse en manos de ERC o de abrir el diálogo con otras fuerzas más cercanas a seguir la estela del ajuste fiscal europeo. En el proceso hacia la investidura y hacia los nuevos presupuestos se necesita incrementar el diálogo para evitar un aumento de la inestabilidad política y una mayor división en la sociedad catalana entre los bloques soberanistas y unionistas. El mesianismo no ha calado en una sociedad abierta y compleja como la catalana. No es tiempo de profetas que guían a un pueblo, sino de dirigentes que cohesionan sus sociedades y afrontan las dificultades. Hartos de divisiones y enfrentamientos desmesurados, quisiéramos ver más equilibrio y una conversación continuada todavía posible, porque sabemos, como Josep Pla, que: «La vida consiste en una cosa complicada y difícil, imposible de describir, que consiste en ir tirando».

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