Opinión

La "valencianía" y los accionistas del Banco de Valencia

MIguel Ángel Sánchez

La valencianía ha vuelto a ponerse de moda con motivo de la adjudicación del Banco de Valencia a Caixabank por un euro, en una operación que va a costar a los contribuyentes 5.500 millones, más lo que llegue con el paso del tiempo en forma de posibles pérdidas por créditos morosos „el Estado asumirá 72,5 de cada cien euros„. Las autoridades autonómicas se mueven ahora para tratar de buscar salidas al desastre, provocado en una parte importante por la gestión de miembros de su partido. Incluso para tratar de encontrar unas condiciones razonables para minorar las pérdidas para los accionistas „los hay pequeños y de la alta burguesía valenciana„. Un esfuerzo encomiable que debería extenderse hacia los miles de accionistas de las miles de empresas que han tenido que cerrar sus puertas en los últimos años por la crisis, que no han recibido ningún tipo de ayuda pública y que no sólo han perdido todo el dinero que invirtieron, sino que han tenido que asumir deudas que lastrarán sus vidas con el yunque de las mismas cajas que sí reciben un trato preferente. Pero la valencianía oficial no llega hasta estas personas, que en una parte importante de los casos han tenido que cerrar sus empresas acuciados por las deudas de la Generalitat o los ayuntamientos.

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