Tierra de oportunidades

El patrón de la fórmula 1, Bernie Ecclestone, está imputado. El que faltaba, vamos. En este caso ha sido la Fiscalía de Múnich. Se le acusa de presunto soborno a un ejecutivo de un ruinoso banco público regional, lo que aquí sería una de nuestras extintas cajas para que todo cuadre. Se enfrenta además a cargos de complicidad en la malversación de fondos por parte de un banquero, antiguo socio de su imperio. Éste se encuentra entre rejas por haber ocultado al fisco una pila de millones en paraísos fiscales que, según el convicto, cobró a cambio de conseguir que el banco vendiese su parte de la lucrativa organización de los mundiales a un comprador próximo al magnate británico. Dentro de este panorama, ¿cómo se nos iba a escapar a nosotros una cita de estas características? Ahí estamos todavía peleando por retenerla. No se cansan de repetirnos que nos jugamos mucho en el envite. Que es una buena manera de vendernos. Veremos si ha lugar porque no sé quién puede terminar antes con el octogenario del pelo plateado, si la Audiencia Territorial bávara o sus niñas.

La peque se casó en 2011, cerca de Roma, para lo que el papá reservó un castillo. Con su boda de hace un mes, Tamara ha querido superar a la hermana menor. La primogénita de la dinastía se decantó por la Costa Azul y, del Grand Hotel du Cap Ferrat, reservó 73 habitaciones por la bonita suma de setecientos mil euros, con una serie de invitados de lujo casi a la altura de aquel día en El Escorial. En fin, que Dios los cría y ellos se juntan. Resulta difícil determinar qué fue antes si el huevo o la gallina, si Gürtel cuenta para sus quehaceres con una rama internacional o es que este tipo de circuitos se presta a todo. Da igual cómo se geste. El caso es que ésta se ha convertido en tierra de oportunidades para oportunistas. Los de la Fórmula 1 y los que, aún sin esos prototipos, perdemos de vista el modelo.