Opinión

El cielo mentiroso

España vive uno de los meses de julio más tormentosos de los últimos tiempos. El cielo miente todos los días, en los que se repite el mismo escenario en numerosos lugares: un sol brumoso promete cada mañana una jornada radiante que se apaga con el paso de las horas para dejar paso a nubes, rayos y truenos, chaparrones y granizo que a veces alcanza espesores de varios centímetros. Las tormentas se ceban en julio de 2013 con la mitad norte de la Península Ibérica, donde más que nunca se cumple el dicho de que el veraneante debe aprovechar las mañanas para ir de excursión si no quiere mojarse. En los Pirineos, el Maestrazgo y muchas de nuestras serranías se está repitiendo todos los días. Veranos como los de 1996 y 2002 también destacaron por su carácter tormentoso en España, donde ya la pasada primavera ha sido especialmente lluviosa. Todo esto ha permitido que la cosecha de cereales de 2013 sea una de las mejores que se han conocido, aunque el pedrisco ha castigado a algunas comarcas arrasando los campos completamente. Las apacibles puestas de sol típicas de julio en el campo y la montaña se han convertido este año en una utopía. Las nubes lo impiden casi todos los días desde hace semanas en este raro verano. Estamos metidos ya en plena canícula y los calores no faltan a su cita, pero esta vez vienen acompañados de una atmósfera turbulenta que está dejando un balance de precipitaciones de récord en muchas comunidades.

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