Opinión

Descubren la Luna

Un estudio con todos los avales científicos acredita las alteraciones del sueño en la Luna llena. Haría falta ahora otro para averiguar por qué la ciencia no se acaba de tomar en serio cosas como éstas, que son evidentes para todo el mundo. Tal vez se trate de una enfermedad severa del espíritu que podríamos llamar EIS (Estúpido Individualismo Solipsista), que nos lleva a creer que nuestra mente reina sobre las cosas y nada puede limitar su soberanía. La Luna influye en las mareas, los cambios de la meteorología, los ciclos de crecimiento de las plantas, etcétera, pero para la ciencia ya era demasiado que se pudiera colar en nuestro sueño. Hace mucho que, sin el más elemental respeto, miramos a la Luna como a una piedra estúpida e inexpresiva colgada sobre nuestras cabezas, reservada al trabajo de los poetas, el tradicional libreto del amor o las historias fantásticas de licantropía.

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