Al margen de que Tokio permanece expuesta a las aguas contaminadas que salen de Fukushima y de que las autoridades de Estambul aún no han limpiado por completo la plaza Taksim tras los graves incidentes que han vaciado sus calles de turistas, la candidatura olímpica de Madrid con Valencia como subsede de vela se merece ser la elegida este sábado en Buenos Aires. Hay quien opina que sería un dispendio, porque las autoridades españolas de todo signo y administración han demostrado sobradamente que son incapaces de acometer obras ajustándose al presupuesto. No les falta razón, pero de todo se aprende (caso Urdangarin) y unos Juegos ayudarían a dinamizar la economía y relanzar a las ciudades sede. Al fin y al cabo, la factura de Barcelona 92 está casi pagada; de Sevilla queda poco por abonar y de Valencia 2007, seguro que el ICO condona el préstamo que concedió para reformar la dársena en esta euforia olímpica que nos preembarga.