Quiénes son los buenos y quiénes los malos en Siria? Al Asad encabeza un odioso régimen represor y asesino, pero los rebeldes también apuntan maneras, y los más fanáticos son adictos a la droga del fundamentalismo religioso. Estaríamos ante unos malos conocidos y unos buenos por conocer. Pero, más allá del cálculo sobre posibles efectos indeseados de una intervención (inclinar una balanza que luego le caiga encima), se diría que en la indecisión de Obama pesa más la perplejidad de no tener del todo claro si los malos son más malos que los buenos. A fin de cuentas, EE UU, desde la conquista del Oeste „su guerra originaria contra los salvajes y feroces indios„ siempre ha guerreado contra los malos, y el esfuerzo para cargar las tintas de esos malos en el libreto siempre ha formado parte del esfuerzo de la guerra. Ahora el libretista no lo tiene tan claro, y así nunca sale una historia.