Primeras tormentas un poco fuertes y primeros problemas en varias ciudades de nuestro litoral mediterráneo. Como es habitual las comarcas del sur de Valencia y norte de Alicante han recibido las lluvias más cuantiosas que, en algunas localidades han rebasado los 200 litros durante los tres días que ha durado la inestabilidad. En el resto, se ha acumulado precipitación en cantidades normales para este tipo de situaciones, 40-50 litros. Pero tanto en un caso como en el otro se ha producido arramblamientos y anegamientos importantes en las ciudades afectadas, lo que indica que tan importante -o más- como la cantidad total de lluvia recibida es la intensidad con la que se registra una precipitación. Con lluvias de 50 litros en una hora ya se generan problemas en áreas urbanas. Si la lluvia continúa, éstos se agravan. Y ello indica que muchas ciudades de nuestro litoral mediterráneo no están preparadas para este tipo de precipitación de cuantía «normal» pero que se recoge en pocos minutos. A la falta, en muchos casos, de colectores para aguas pluviales, que debería ser obligatorio en las áreas urbanas mediterráneas, se une el hecho de que el alcantarillado tradicional no está diseñado para asumir lluvias de 50 litros en una hora. Y si a eso unimos la imprudencia, en otros casos, de haber ocupado áreas por naturaleza inundables tenemos dibujado el panorama del elevado riesgo frente a inundaciones que registra nuestro territorio. La intensidad pluviométrica genera daños; la mayor cantidad provoca desastres. Pero tan importante es una como otra en los procesos de precipitación tardo-estival mediterránea. Y curiosamente nuestras ciudades se han preparado más en los últimos años para la cantidad que para la intensidad de lluvias. Por eso se siguen generando problemas, aunque nos parezca que haya llovido poco.