Por sexto curso consecutivo, todos los alumnos del colegio 103 de Valencia empezaron ayer las clases en barracones. Bueno, todos los que quedan después de que muchos padres hayan decidido recolocar a sus hijos en alguno de los varios colegios concertados de la zona. Parece increíble que quince años después de la puesta en marcha de la revisión completa de los equipamientos escolares valencianos, este centro de la avenida de Baleares haya quedado fuera de todo programa, estando como está en uno de los barrios más selectos de Valencia, el de la avenida de Francia, a tiro de piedra de la Ciudad de las Artes y a 1.500 metros en línea recta del que podría haber sido puerto olímpico en 2020. Parece el ejemplo de una mala gestión urbanística, un barrio nuevo en el que el colegio quedó pendiente. Desde 1952 se representa en Londres, de forma ininterrumpida, la obra «La ratonera». Pues el 103 lleva camino de disputarle el récord.