El récord de turistas extranjeros que han visitado este verano la Comunitat Valenciana no ha conseguido frenar la progresiva caída de la cifra de viajeros que utilizan el aeropuerto de Manises. Ni siquiera agosto ha permitido remontar el vuelo. El aeródromo valenciano ha registrado en plena canícula uno de los peores registros de que se recuerdan: sólo 513.196 viajeros frente a los 1.166.676 que pasaron durante este mismo periodo por l´Altet. El descenso de actividad en Manises coincide, además, con la ampliación de la nueva terminal, que ha ganado en extensión pero no en usuarios, por lo que la gélida imagen que presentan algunas instalaciones semivacías perfila un retrato desolador.

La comparación con el aeropuerto alicantino es especialmente oportuna, ya que allí también se sufre ahora la competencia del AVE. L´Altet recuperó en agosto el 60 % del millón de pasajeros que perdió en 2012 tras la desaparición de Spanair y la reducción de vuelos de Ryanair, la compañía irlandesa de bajo coste que ya controla el 40 % del tránsito de viajeros en Manises, donde ni la reforma de la terminal ni la oferta de 33 nuevos destinos han frenado la pérdida de viajeros.

La decadencia del aeropuerto valenciano no sólo pone en entredicho la elevada inversión realizada para ampliar la terminal sino que también discute la eficiencia de la promoción turística de la ciudad y de la provincia justo cuando más se beneficia España del deterioro que sufren otros destinos mediterráneos.