La independencia de Cataluña (Cat) es más que una especulación. Más allá de sentimientos individuales, hay que admitir que el crujido económico, asociado a esta potencial decisión, será muy importante también a este lado del Sènia. El adagio de Pascal „«el corazón tiene razones que la mente no comprende»„ puede explicar que la convivencia vecinal pase por respetar sentimientos, identidades y más cosas que no se miden en euros. Sin embargo, este reconocimiento no supone aceptar que todo ejercicio de un derecho se produzca sin reconocer las consecuencias que pueda causar en otros, que a efectos de notación llamaremos resto de España (rE). La Comunitat Valencia (CV) en su doble condición de vecina del nuevo Estado y de su presumible pertenencia al Estado rE, necesita atisbar los efectos que este cambio puede tener en su economía. Ahora hablamos de euros, no de identidades.

Al parecer, ni académicos, ni responsables de las haciendas públicas, ni los llamados mercados han decidido prestar atención al problema. En la CV con el frenesí de la crisis y de la deuda, nadie ha explicado las nuevas condiciones de contorno económico que debemos aclarar. Si el debate sobre la independencia de Cat queda en el nivel de sentimientos, declaraciones ampulosas e interpretaciones constitucionales, difícilmente podremos tener una transición razonable a sitio alguno.

En el calendario del proceso hay hitos que afectan a la CV con mayor intensidad que al resto de España. En la consulta sobre el proceso a decidir, como valencianos, poco tenemos que decir más allá de nuestra condición jurídica de españoles. Lo mismo puede decirse para el qué, esto es independencia sí o no. Donde el protagonismo de la CV crece es en el cómo, esto es, en la forma y modo de asumir y repartir entre antiguos ciudadanos españoles aquello que ahora poseemos en forma de recursos y obligaciones de un estado centenario. Este aspecto, por razones de vecindad y relaciones económicas, debe importar más a los valencianos. Es necesario conocer la forma como quedarán las relaciones entre Cat y rE. La pregunta es: ¿qué cambios económicos pueden darse en la CV asociados a la posible independencia de Cat?

Sería una pedanteria intentar siquiera enunciar los puntos que convendría tener claros. Con el único objetivo de empezar a analizar y evitando reproches ni intentos de inmiscuirse en un camino que Cat libremente pueda decidir, empecemos con algunos puntos relacionados con la actualidad.

a) Aunque con las cifras de actividades inmateriales (servicios, turismos, etc.) las cosas son difusas y retrasadas, sí hay datos solventes y actualizados sobre intercambio comercial de bienes (www.c-intereg.es) entre comunidades autónomas (CC AA). Vamos con los datos del primer trimestre de 2013. Descompongamos los bienes que las CC AA producen en tres conjuntos ordenados entre sí: aquello que se comercializa internamente (lo producido en la CV y vendido en ella) lo que se produce y se comercializa con el resto de CC AA y lo que se vende en otros países. En el trimestre, la CV produjo 16, que se descomponen en 4+6 + 6; Cat 35 (9+11+14) y España 150 (33 +61+56). Cifras que confirman que Cataluña es la principal exportadora de bienes de España y que exporta más fuera de España que hacia rE. Sin embargo, en los los balances comerciales hay importaciones. En el trimestre que nos ocupa, en su balance con el resto de CC AA la CV tuvo un ligero déficit (-0,48), mientras que Cataluña registró un buen resultado (+5,44). Obviamente, el balance para España es cero, ya que lo que se vende entre todas las CC AA, coincide con lo que compran entre ellas. Si vamos a los balances con el exterior, la CV tiene un esperanzador resultado de +0,74, mientras que Cataluña es deficitaria, -2,01. Como referencia, el resultado de España fue de un déficit de -3,62. La CV tiene un mejor balance con los países de fuera que con el resto de CC AA, una situación inversa a la que registra Cataluña. Quizás un punto a analizar para el futuro.

b) Como no se trata de saturar con más datos, decir que la CV tiene a Cat como su principal proveedor y cliente, donde ésta, en consonancia con su mayor capacidad económica, vende a la CV un 80% más de lo que le compra. Otro dato para el análisis.

c) El viernes se confirmó que la deuda de la dos CC AA es un parámetro horroroso para ambas: 29,4 % del PIB en la CV y 26,2% en Cat, alejados del ya preocupante promedio de las CC AA, 18,9%. Ello plantea o que podría ocurrir en el marco del estado rE con la CV y su potencial intervención por parte del Gobierno central. En otras palabras, ¿qué peso puede tener hoy el hecho de no haber tomado decisiones que tendrían que haber sido simultáneas a las de Cat? Algo debe pasar cuando con el Estado atendiendo las deudas de ambas, en una misma semana, la CV decide retirar sus reivindicaciones de financiación y Cat tiene una reacción como la vivida. ¿Es todo sentimiento o puede haber euros? Intentemos poner luz.

Para evaluar las consecuencias para la CV de esta posible independencia hay muchos escenarios a considerar que son función de respuestas a preguntas del tipo ¿estará Cat en la Eurozona?, ¿se mantendrá el actual estado de las autonomías en rE? Si Cat ejerce el derecho a pronunciarse sobre su independencia, todo rE y con mas razón la CV, tiene el derecho de conocer las condiciones en las que esta posibilidad (feliz o dolorosa en la diversidad propia de los que ahora somos conocidos como españoles) va a darse.

Respetemos sentimientos, pero analicemos las consecuencias que su cristalización puede tener para nosotros. Sin saber las condiciones en las que va a darse la ruptura va a ser muy difícil acompañarla.