La memoria anual del fiscal general del Estado revela que la delincuencia juvenil ha aumentado en el último año en la Comunitat Valenciana. El informe destaca que algunos delitos se cometen por «pura diversión», como la quema de contenedores en Valencia, cuyos autores «ni son pirómanos ni tienen afán reivindicativo alguno». El problema se agrava por la desinhibición asociada al consumo de alcohol en grandes cantidades y de drogas. La delincuencia juvenil está marcada por la intolerancia a la frustración en unos menores a los que sus padres han concedido todo lo que querían en la época de bonanza y que ahora son incapaces de asumir que hay límites. Uno de los datos más preocupantes de la memoria de la Fiscalía es el aumento de las agresiones a los padres fruto, según los expertos, de esa intolerancia a la frustración. El gran problema de la jurisdicción de menores es la falta de medios para reeducar a los infractores. Uno de cada cuatro delitos se resuelve mediante acuerdos extrajudiciales que incluyen la realización de trabajos sociales para los ayuntamientos, que en muchas ocasiones no se pueden cumplir. Hay chavales que pintan un grafiti en una valla y después no pueden devolverla a su estado inicial porque necesitan un seguro del que nadie se hace cargo. El fiscal aporta la solución en las conclusiones de su informe: Es necesario desarrollar políticas de juventud que mejoren la calidad de la enseñanza, apoyen a los padres, sensibilicen a la sociedad sobre el valor de la educación y favorezcan la igualdad de oportunidades.