Así como Artur Mas anuncia el advenimiento de toda clase de bendiciones con la creación del Estado catalán, el gobierno de Madrid de un tal González, asegura que todos los problemas de esa comunidad se arreglarán cuando aterrice Eurovegas (que, por cierto, pide un helipuerto para los clientes VIP y conexión directa con Barajas). Y tendremos un cuarto de millón de puestos de trabajo (¡Y además un par de huevos duros!). No sé como lo han calculado y si pondrán a un barquillero asociado en cada esquina para que el nene y la nena jueguen a la ruleta, ¡siempre toca! Aquí estamos, como de costumbre, mirando al cielo a ver si nos manda la primitiva o el inversor prodigioso o pepitas de oro en el río Sil. Y quien dice el Sil, dice el Guadalaviar.

No se les ocurra tomar en serio las bravuconadas o temores expresados por los hombres públicos. Exageran, por supuesto, como cualquier narrador, y la mayor parte de las veces solo tratan de mantener prietas sus huestes y envalentonarlas con un santo y seña. No somos una especie distinta de esos aqueos que hace tres mil años perpetraron tremendas tropelías en el asalto a Troya. A lo que iba: comento con mi tocayo Emilio Garrido „tan marinero que es capaz de escuchar a Bach mientras bucea„ que el señor Adelson, el de Eurovegas, igual nos usa para un sondeo: averiguar qué concesiones „contra la ley y el buen sentido„ están dispuestas a hacer nuestras autoridades, para pedir lo mismo en cualquier país de nuestro nivel: Polonia, pongo por caso.

También puede ocurrir que el tal González igual haga sus propios tanteos y se cura en salud de una posible „y probable„ espantá de Adelson: lo que vaya consiguiendo para él, se lo puede dar, graciosamente, a los colegas de Torrelodones o por ahí. Y ya saben lo que se pide y se ofrece: excepciones fiscales, laborales y sanitarias. Me opongo a que sólo puedan fumar los ludópatas de Eurovegas y no los que padecemos otro tipo de dependencias como leer el periódico en el bar de la esquina ¡Enfisemas para todos y con cargo a la sanidad pública!