Un curso más el «Máster Universitario en Planificación y Gestión de Riesgos Naturales», que propone el Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante ha generado un puñado de profesionales bien formados para tratar de prevenir y paliar en la medida de lo posible los efectos de los riesgos naturales. El canario William Hernández Ramos ha tenido la valentía de realizar un estudio comparado sobre la vulnerabilidad ante los incendios forestales de las provincias de Valencia y Alicante. En su estudio ha sido capaz de cruzar una ingente cantidad de información, tanto oficial como propia, y la ha utilizado con espíritu crítico, demostrando hechos muy interesantes y proponiendo soluciones. Especialmente interesante ha sido el estudio de la legislación vigente sobre este tema en la Comunidad Valenciana que, como ya nos temíamos, está llena de lagunas e incumplimientos flagrantes de su articulado. Al analizar todos los factores de riesgo, Ramos demuestra que ninguno, de origen físico o antrópico, basta por sí solo, sino que todos suman en distinta medida, resultando sin duda esencial el cambio de uso de un espacio forestal cada vez más grande e incontrolable ante el abandono de los espacios cultivados. El enfoque es integrador y, gracias sobre todo al uso de la cartografía de los sistemas de información geográfica, señala aquellos núcleos de población más vulnerables ante un incendio. El estudio va más allá y se acerca a un factor difícilmente cuantificable, el comunitario, la capacidad de la población local para luchar contra estos grandes desastres naturales, inducidos en su gran mayoría por el hombre. Se abre la discusión de si era mejor el antiguo voluntariado espontáneo o el actual más organizado y, sobre todo, sobre si la gestión actual de los incendios en todas sus fases es la adecuada. Por razones físicas y de gestión Valencia y Alicante sí dan diferentes respuestas a los incendios, que explican las grandes diferencias de superficie quemada entre ambas. La metodología propuesta por Ramos para estas dos provincias es claramente exportable a otros territorios españoles y debería ser tenida en cuenta en un futuro.

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