Primero fue el tejido industrial, que languideció ayuno de un respaldo institucional firme desde la Generalitat del PP ante la voracidad insaciable del ladrillo. Después fue el sistema financiero autóctono, víctima también de esa misma voracidad, conducido al abismo por los dirigentes impuestos a sangre y fuego desde la Generalitat del PP. Ayer llegó el cierre de RTVV, ahogada en sus deudas y sus malas prácticas empresariales y profesionales por los sucesivos directores generales nombrados desde la Generalitat del PP. Antes fue el desguazamiento „sin llegar siquiera a alcanzar su plena puesta en marcha„ del sistema de dependencia, por cuestiones ideológicas desde la Generalitat del PP. Ahora, sanidad y enseñanza aparecen en el punto de mira de la Generalitat del PP con la excusa de los problemas de financiación. Pero el president Alberto Fabra no puede acogerse a la herencia recibida: su partido gobierna desde 1995. Aunque me temo que los votos cosechados no eran para terminar de esta manera.