Al final va a ser verdad eso que dicen los partidos cuando algún político suyo resulta imputado en una causa. Nunca admiten que sea una cuestión grave. Siempre subrayan que es un simple trámite para que el implicado comparezca a declarar ´con garantías de imputado´, con abogado y pudiendo negarse a colaborar o incluso mentir para no verse incriminado. Seguramente Francisco Camps no habría preferido ser citado a declarar como imputado por el juez balear Castro en el caso Nóos, pero sorprende que el magistrado lo esté tratando como si fuera un condenado en firme a la hora de citarlo como simple testigo. Sin abogado, sin móvil, encerrado en un despacho oficial, delante de una secretaria judicial que se asegure de que no le soplan las respuestas... Sólo falta que le apliquen carbones encendidos bajo las uñas para obligarle a cantar de plano. Da la impresión de que el juez está cabreado por la jugarreta del domingo. Y la justicia ha de ser ciega.