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Martí

El concurso del Consell

Supongo que Alberto Fabra recordará para siempre el día que decidió renovar la Fundación del VCF para hacerla más suya. Y al visionario que propuso el cambio. Sin duda que el vocabulario de Salvo rebaja la marca Valencia, y cada día que pasa el panorama se vuelve más en contra del Consell. Puede hacer como Moragues, ponerse otra vez de perfil, o actuar, porque está claro que no controlan nada de la deriva de Mestalla, pese a su decidida intervención. Encima ahora si Lim se retira de la puja, es por una actuación urbanística que compete al gobierno valenciano y vistos los antecedentes la próxima andanada irá contra ellos. Lo de ayer suena a excusa, y en todo caso es producto de la mala gestión del propio Salvo. Newcoval dejó de existir en 2012 y ha tenido tiempo suficiente para resolver esos derechos adquiridos, porque el enfado de Granell lo genera el propio club cuando decide modificar el ATE sin consentimiento de Aedifica. Pero aún hay más. Cuando el propio Salvo y Aurelio Martínez presentaron el agosto pasado la auditoria de la gestión de la etapa Llorente destacaron que «no existen irregularidades con los datos» e insistieron en que «queda cerrado el pasado» y «hay que empezar a pensar en el futuro». Casi un año después desandamos el rumbo de entonces y después de un proceso de venta pilotado por ambos el Valencia está en un callejón. Aunque los responsables de tanto desaguisado siguen en el Palau y el ayuntamiento.

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