Opinión

Martín Pacheco

Wolinski

Charlie Hebdo.

Éramos pocos y parió la burra. Ante las inminencias electorales, proliferan las siglas como setas en un otoño pasado por agua. Ahora, aquí, a algunos, se les ha ocurrido inventar un nuevo partido tan viejo como la tos y, por si no fuera poco, se les ha ocurrido bautizar a la criatura con una redundancia: se llamará Som valencians, y la cosa irá, como ya intuyen, de «defender» los intereses de... ¿Tarrasa y Sabadell?, ¡no!, de los valencianos. Ideológicamente se reclaman como un partido «valencianista de centro y regionalista». Nada que no hayamos visto nunca, vamos: vienen a llenar un vacío. Les deseo una larga vida personal y que se hundan en la miseria política sin dejar deudas. No es por nada, pero si esos son los créditos que encabezan su proyección pública, no me interesa el resto de la película, que ya he visto: en la intención de todos los partidos asentados en el territorio está la defensa de los intereses de los valencianos (otra cosa es que lo consigan o los confundan o España 2000). Propongo, para las próximas autonómicas en el país valenciano, la creación de otra nueva formación: Estamos en Aranjuez, un partido extremo y radical en defensa de los intereses de Ceuta o Melilla, incluso de Ceuta y Melilla.

Wolinski.

Lo de Sonia Castedo es como lo del engorrinamiento de la campana Jaume del Micalet: un recochineo. Se larga por Facebook, nos saluda por Twitter y nos lo explicar en Telecinco. Antes y después de la publicidad. Sonia, hija, tienes una catadura que te la pisas.

Cabu.

El organizador del guateque de Benagéber (¡cuidado, no San Antonio de Benagéber!) está en busca y captura. No es que uno desconfíe de la eficacia de Serafín Castellano, el delegado para estas cosas del orden público, pero si no lo han encontrado durante los cinco días que duró la fiesta encerrados en el hipódromo o aeródromo, lo tienen crudo. Ese es un piernas.

Charb.

Ahora que casi todos los imputados del Partido Popular, aposentados en las Corts o Esta casa es una ruina, se han ido yendo conforme les ha ido saliendo de las narices, es la hora o el momento de que Alberto Fabra saque pecho y celebre el casi fin del estreñimiento de la línea roja: el parto venía de nalgas y nos ha agotado la legislatura. Aunque yo creo que mejor que celebrarlo sería callarse. Lo digo por lo del

engorrinamiento.

Tignous.

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