Opinión

Vicente Pérez

Que viene la gripe

Que yo sepa, nadie acude por gusto a Urgencias con síntomas de gripe. Quiero creer que la mayoría de los pacientes llegan a estos servicios acuciados por la enfermedad. Además sabemos que tenemos un sistema de vigilancia de la gripe en España, en el que colaboran médicos centinela, epidemiólogos, virólogos y otros profesionales que llevan un control de la evolución del contagio durante estos meses críticos. De hecho, gracias a este sistema sabemos que la gripe es epidémica esta semana en la mitad norte peninsular y en los dos archipiélagos, no así en el sur y en la C. Valenciana, aunque todo se andará.

La gripe es una afección estacional leve en pacientes sanos, pero grave en aquellos con dolencias crónicas o debilitados. En la campaña anterior hubo 2.475 casos graves hospitalizados, de los que fallecieron el 12%, la mayor parte superaban los 64 años de edad. Y son todos, los más fuertes y los más vulnerables, los que comparten hacinados durante horas salas y pasillos llenos de gérmenes, encabronados porque no comprenden que deban recibir una asistencia deficiente y peligrosa por ahorrarse cuatro duros en camas y profesionales. Y esto es así todos los años. No se puede decir que la gripe nos coja por sorpresa. Si hubiera un terremoto o un atentado, Dios no lo quiera, se establecería un protocolo para atender a todos de manera eficaz. Con la gripe tenemos a favor los factores prevención y tiempo. Sabemos que en diciembre, enero y febrero hay avalancha de enfermos y sin embargo siempre hay hospitales que actúan como si les pillara desprevenidos. Y esto me parece una señal muy clara de degeneración social y no es la única.

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