Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Dominio y sometimiento

Susana Carrasquer, mujer, 38 años, madre de tres hijos, separada y asesinada por su pareja el pasado jueves. Y ya van tres mujeres muertas en la Comunitat Valenciana en lo que llevamos de año. Un informe elaborado por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) señala que un 30 % de los chicos adolescentes y jóvenes españoles de 12 a 24 años se muestran de acuerdo con la afirmación de que «cuando la mujer es agredida por su marido, algo habrá hecho ella para provocarlo», mientras que el porcentaje de chicas que piensan lo mismo es del 11,3 %. Es decir, una de cada diez jóvenes cree que si se provoca al varón resulta lógico que pueda recibir un escarmiento, lo que evidencia que el machismo no es exclusivo de los hombres. Y no lo es porque responde a un patrón cultural enquistado que normaliza tanto la conducta del agresor como de la víctima.

La muerte de Susana es la manifestación más terrorífica de una situación de micromachismos asumidos culturalmente por toda la sociedad, como señala el psiquiatra Luis Bonino, que van desde la dominación, la intimidación, la imposición o la sobreprotección con el fin de mantener el poder sobre la mujer, es decir, para disfrutar de la ventaja de la desigualdad. Ante la muerte de una mujer por violencia de género, me avergüenzo de mi condición y pienso que todos los hombres somos de algún modo responsables, porque aceptamos sin rebelarnos el legado social que nos ofrece un papel dominante ante la mujer y así lo seguimos transmitiendo a nuestros hijos, que, a juzgar por la encuesta, seguirán los pasos del dominio y el sometimiento.

Compartir el artículo

stats