Fue como un flechazo. Me pasa con algunos libros. Sabía que me iba a gustar. El título: «La financiación valenciana». La imagen de la cubierta una metáfora perfecta del trato colonial al que es sometida Valencia. Una furgoneta del Gobierno de España cargada hasta arriba de naranjas. El «llaurador» estupefacto. El conductor arroja una naranja de propina. El autor del libro ha encontrado en Ortifus el dibujante ideal para acompañar los datos que página a página se van destilando de forma precisa, con una prosa fácil y un mensaje contundente: ¡la situación financiera de la Comunitat Valenciana es inmoral y económicamente insostenible!

Vicent Cucarella, economista y técnico del IVIE ha sabido presentar con sencillez la depredación a la que ha sido sometida la Comunitat Valenciana durante los últimos treinta años. Paso a paso construye una narración perfecta. Nos hemos endeudado y seguimos endeudándonos porque el Estado no financia los servicios transferidos a la autonomía, a pesar de que el coste de éstos es de los más bajos de todo el Estado español. Genial el cuadro que dibuja con cuatro cuadrantes en los que va situando a las comunidades ricas y pobres, a las que reciben más de lo que aportan y las que reciben menos. Patética es la situación de la Comunitat valenciana, solitaria en la cuadrícula de las comunidades pobres que además contribuyen económicamente al resto. La sorna del dibujante se traduce en la caricatura del «ofrendador».

Para quienes conocen los informes previos del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), la Fundació Nexe o el informe «Criterios y propuestas para un nuevo sistema de financiación autonómica» elaborado por la Comisión de expertos nombrados por las Corts Valencianes y presentado en septiembre de 2013, el libro de Cucarella no ofrece sorpresas. Se sabía todo y desde hace mucho tiempo. Y todos lo sabían. Quedó patente en las intervenciones de los cuatro representantes de los partidos políticos que intervinieron en la Mesa redonda articulada alrededor de la presentación del libro. La Comunitat valenciana ha sido sometida a un proceso de asfixia financiera que ha degradado los servicios transferidos que conforman el estado del bienestar español: educación, sanidad y servicios sociales. El resultado, la degradación de los servicios y su posterior privatización.

Cucarella propone un modelo alternativo de financiación autonómica que proporciona equilibrio vertical (los tres niveles de la Administración Pública: central-autonómica y local) y equidad horizontal (igualdad de trato entre las distintas autonomías). Pero con la misma intensidad que me llevó a comprar el libro, algo me dice que una deuda de 36.000 millones de euros y que sigue creciendo, no solo es insostenible sino impagable. Además, una autonomía debe tener financiación suficiente para hacer más cosas que solo pagar la educación y la sanidad. Necesitamos financiación y herramientas para dinamizar la economía y crear empleo. Por eso, tenemos que reinventarnos y plantearnos alternativas innovadoras que nos lleven más allá de lo que es una negociación exitosa en el terreno de las balanzas fiscales autonómicas. ¡Esta es la ocasión!