Comprendo el despago que debe sentir el concejal del PP Alfonso Grau cuando la Audiencia de Palma le procesa por cinco delitos, cinco, algo serio, en el caso Urdangarin. La primera vez que escribí sobre este aprovechado trepador social ya dije que si Matas iba a ser acusado de varios delitos, quienes desde Valencia habían propiciado que se llevara 3,1 millones de euros no podían ser responsables ante la ley de menos. No es que sea un especialista, aunque sin querer, con tantos casos de corrupción en danza, sea el Gürtel „en el que hay metido todo un elenco valenciano de primera como informaba el otro día Levante-EMV„ hemos ido aprendiendo el vocabulario (hemos seguido forzosamente un máster, como lo hacemos en economía desde que se inició la crisis y nos salen caros a todos).

El edil y vicealcalde, la mano derecha de Rita Barberá, según dicen todos, y señalaban desde hace años otros concejales, no podía ignorar lo que ocurría con los dineros en Valencia Tourism Convention Bureau. Las maniobras en la oscuridad „eran remisos a dar explicaciones y menos cuentas„ se saldan con escándalos y delitos. La excusa de que era una fundación que se regía por el derecho privado se desmoronaba al ver de dónde procedían los ingresos y quiénes decidían (fueron a declarar como testigos en Valencia una larga lista de personajes que tienen cargo público). Que él decidiera, no sé, que él preside nominalmente, está demostrado. Y por ello carga con este muerto. Es como James Bond, está al servicio de la reina.

Se le vio muy soliviantado en aquella rueda de prensa en la que no quiso dar ninguna explicación y que no quiso contestar o dijo algo así como que no le daba la gana. Él trazó su propia línea roja. Ahora vamos a ver dónde la puso. Desde arriba no le van a presionar, porque sabe demasiado, de esto y de tantas movidas llenas de claroscuros tomadas en las dos últimas décadas que están bajo la sombra de la duda.

Dijo la alcaldesa en las susodichas circunstancias, para defenderle, que «él no necesita seguir en la política»; quiere decir que tiene medios para vivir bien. No lo dudaremos. Con los años que lleva, si no lo necesitaba, sería por algo. ¿El deseo de servir a la causa? Hay muchos que presumen de ese espíritu como si se sacrificaran. Porque, repiten, en la empresa privada ganarían más. Y tantos porque han hecho muy importantes favores „la Audiencia le implica en este caso por tráfico de influencias„ es lo que se llama la puerta giratoria. Esperemos a ver en qué parará lo de la Feria Valencia.

En el juicio oral y en el banquillo se sentarán muchos y muy importantes, junto a Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina de Borbón. Promete ser histórico para la justicia española. La buena gente tiene la sensación que se ha ido retrasando porque hubo conspiración para que el juez Castro no tuviera los informes que pedía. Y menos lo de Valencia. Por eso Grau estará ahí sentado a merced de lo que le pregunten, eso sí con defensa (¿la pagaremos todos?).