Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los cien días

Debería haber un pacto por el que todo nuevo gobierno dedicara sus primeros 100 días únicamente a enterarse a fondo de los problemas, a construir con esa información las soluciones, y a pensar, sin que nadie lo moleste en ese tiempo. El paisaje cambia según la posición del observador, sea la calle o el despacho. Aunque pensar esté muy desacreditado en política (un arte dominado por la acción compulsiva), sin pensamiento no hay estrategia, y sin estrategia se impone la maldición de la frase «ningún viento es bueno para el que no tiene rumbo». En lugar de esto, los nuevos partidos hacen su programa de acciones sólo para los primeros 100 días. Es verdad que la osadía también cuenta en política, y que cuando uno no hace lo más difícil aprovechando el viento que lo ha subido arriba ya no lo hará cuando lleguen las turbulencias, pero la osadía, como todo, es buena o mala según la dosis.

Compartir el artículo

stats