La reconstrucción de la industria valenciana se ha de acometer bajo un modelo productivo sostenible y equilibrado basado en el conocimiento y la equidad, que garantice su continuidad en el tiempo y una distribución justa de la riqueza. Para ello se hace necesario un modelo de empresa centrado en la capacidad de gestión y de innovación capaz de generar tanto una eficiencia y rentabilidad económica sostenible como social, con un impacto positivo en el territorio. También se necesita de un sistema financiero basado en una banca de proximidad (cajas de ahorros, cooperativas de crédito y cajas rurales) dispuesto a cubrir las necesidades crediticias de las pequeñas y medianas empresas y de los emprendedores en condiciones adecuadas.

Las empresas cooperativas y de la economía social han demostrado ser organizaciones más resistentes a los períodos de crisis por su modelo de gestión de proximidad. Por una parte, son organizaciones basadas en la democracia participativa, en generar empleo estable y de calidad (el 75 % de los contratos son indefinidos), en la equidad salarial (las diferencias salariales entre los trabajadores son de 1 a 5) y en la igualdad de género y la conciliación. Por otra parte, son organizaciones fuertemente arraigadas al territorio, generadoras de empleo y riqueza local (que no deslocalizan), con un crecimiento sostenible y respetuoso con el medioambiente y con un enfoque marcadamente social dirigido a favorecer la inserción sociolaboral de los colectivos más desfavorecidos. Desde este enfoque, proponemos el diseño e implementación de un Plan de Empresas Recuperadas, mediante la transformación de empresas en crisis en empresas de trabajo asociado, que permita aprovechar al máximo los recursos y capacidades del territorio mediante una cultura colaborativa en red.