Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Carne y mecánica

Los accidentes y atentados se han convertido en gran performance para dirigentes políticos cuyo único horizonte es la depreciación, se nota que son asalariados. François Hollande gobierna con índices de popularidad semejantes a los de Bokassa I, emperador de Centroáfrica, aquel que combatía a sus rivales mediante el provechoso sistema de servírselos como plato. En cuanto a Rajoy, ya lo hubieran tirado de Gran Hermano. Por plasta. La canciller Merkel sabe que ella será aclamada mientras los alemanes corten el cupón, de ahí que se empeñe en que todos paguemos todo, con muchos intereses. Bueno, si lo piensan bien, peor sería tener a Rouco de teócrata. Más, quiero decir.

No había pasado el duelo, cuando comparecieron los responsables de Germanwings y, pese a admitir que Lubitz, el copiloto suicida que no sabía suicidarse solo (pues hasta su calificación profesional presupone la compañía), les había comunicado sus depresiones y fobias, lo mantuvieron en su puesto. Aunque su botiquín pareciese una farmacia 24 horas. Pese a que le atendían una legión de neurólogos y psiquiatras ¿Por no tirar el dinero invertido en su formación? «Es un coche alemán», nos dice Claudia Schiffer con elegante coquetería. Sí, ya sabemos que en el centauro formado por la carne y el metal, la parte más vulnerable es el hombrecito: hay que procurar que tenga la cabeza asentada, el ánimo libre de brumas y el sueldo seguro. También conviene que los mecánicos sean de plantilla. Sentido común.

Ustedes no se acordarán pero cuando se produjo el accidente del Yak-42, Aznar hacía pocas horas que había ganado unas elecciones (locales), de ahí que el ministro Trillo se apresurara a devolver los restos a sus familiares con un trozo de aquí y otro de allá, como un herr Frankestein de Murcia. Deprisa que nos deslucen el triunfo.

Lo mismo pasó en el accidente de metro de Valencia. Nuestro Amado Líder reinaba con la bendición de Su Santidad y sin rivales aparentes: los habían apuñalado los suyos para impedir el afloramiento de talentos relativamente inéditos.

Compartir el artículo

stats