Hacía años que España no disfrutaba de un tiempo tan bueno como el que hemos tenido esta Semana Santa, al menos no de una forma tan generalizada. La mayoría de los años es como la lotería, con lluvia en unos sitios y sol en otros, o mañanas de sol y tardes tormentosas en el mismo lugar, pero este 2015 no podemos quejarnos del tiempo. Para el turismo ha sido una bendición, y para todos los que necesitaban un merecido descanso, también. Pese a la tranquilidad atmosférica de la que hemos disfrutado, un comentario habitual de estos días de descanso ha sido el frío que aún se nota por la mañana, y que de momento se va a mantener. Es algo típico de esta época del año, incluso junto al Mediterráneo, y hay dos motivos fundamentales. El primero es que a principios de abril el agua del mar aún está fría y su temperatura condiciona la del aire cercano. Y el segundo no es otro que el horario de verano: ahora vamos dos horas por delante del tiempo solar, por lo que cuando el reloj marca las 9 de la mañana, en realidad, a efectos astronómicos y meteorológicos, son las 7. Por eso en primavera tenemos la sensación de que el frío tarda más de la cuenta en irse por la mañana, mientras que por la tarde sucede lo contrario: a las 8 oficiales son las 6 solares y las temperaturas aún son muy agradables.

vaupi@estrellasyborrascas.com