Claro está que los tiempos cambian y los gustos también. Pero en cuestión de joyas podríamos decir que coexisten dos vertientes: por un lado, las que priman el lujo, la suntuosidad; y por otro, las que se atienen a una voluntaria sencillez.
Pero sencillez no significa simplicidad. Es el caso de un autor que se ha empeñado en renovar el clasicismo, tras el conocimiento profundo de sus directrices para acomodarlas a nuevos enfoques. Hace tiempo que conozco al diseñador valenciano Xavier Civera y sé su vinculación con el arte contemporáneo, objeto de su interés y de su práctica, puesto que se inició como escultor. En esa faceta realizó sus primeras exposiciones, una de ellas en la galería «My Name's Lolita», de Madrid, en la que ya incluyó, junto a sus esculturas, una colección de joyas. Y a ellas se dedicó plenamente desde 1996, unidas muchas veces a diseñadores de moda como Devota&Lomba o Agatha Ruiz de la Prada, llegando además a la pantalla de la mano de Pedro Almodóvar en la película Hable con ella.
Actualmente, la unión con Gustavo Sánchez Marfil, de larga trayectoria en el mundo de la joyería, ha cuajado con la marca «Nonio». Este nombre es el de un instrumento matemático usado en orfebrería que permite apreciar pequeñas fracciones de las divisiones menores Se ha elegido bien el título, porque todo se desenvuelve en un universo chiquito, aunque de grandes resultados. Los diseños de Civera siguen la orientación minimalista que caracteriza su estilo.
El desarrollo geométrico de conos, cilindros y pirámides en reducida escala hace que piezas tan familiares como los pendientes «dormilones» o las pulseras «esclavas» cobren nueva y estimulante vida. Se han tratado con otra visión, que infunde al oro rosa o blanco „con o sin diamantes„ un aire fresco, joven, componiendo una serie de piezas minuciosas, fáciles de llevar, que parece destinada a una mujer de cualquier edad más inclinada a la sobriedad que a la ostentación en su arreglo personal. Es un ejemplo magnífico del «menos es más», plasmado en formas exiguas: dobles círculos paralelos, estilizadas hojas, conos truncados que reaniman figuras tradicionales con una varita mágica y novedosa.
Realmente se diría que Xavier Civera „casado con la escultora Amparo Tormo„ vuelve también la que fue su dedicación primera, solo que ahora, sin perder el anclaje al arte contemporáneo, hace escultura... en miniatura.
