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Despedidas y renovaciones

La propia concejala de Cultura del Ayuntamiento de Valencia y Presidenta del ente autónomo del Palau de la Música, María Irene Beneyto, daba ayer claves sobre su repentina decisión de no repetir en la cabecera de las listas municipales y anunciar que irá en el último puesto de la lista del PP. Decisión que sólo escondería la promesa de la alcaldesa que, según lleva semanas circulando por los mentideros, la situaría al frente del Consejo de Administración del coliseo valenciano con un cargo honorífico en caso de que los populares mantuvieran el bastón de mando.

Sin entrar a valorar su gestión o la capacidad personal para las relaciones públicas o su encontronazo con Alfonso Grau „casualmente su mujer, María José Alcón, sí aparece de nuevo en las listas y ya fue concejala de Cultura„ lo bien cierto es que Beneyto forma parte de la legión de cargos públicos con mucho rodaje a sus espaldas. Ella era consciente del momento.

Hace unos meses la Generalitat optaba por sacar a concurso público la dirección del IVAM y tuvo que esconder la del Museo San Pío V. La antecesora de José Miguel G. Cortés llevaba ya diez años la frente de la dirección del centro y otros tantos en cargos de la Administración autonómica. Las inercias habían conducido al centro valenciano hacia un callejón sin salida. El cambio ha reanimado al mundo del arte. En pocos meses se ha notado. Fabra lo ha entendido.

Algo similar ocurre en casi todas las instituciones culturales valencianas: desde Cinema Jove al Instituto de Restauración, Teatres, el Instituto de la Música y hasta hace bien poco en el Palau de les Arts. Muchos de los que ocupan estos puestos, además, han superado la edad en la que obligan a tomarse un respiro. Los consejos de todos ellos siempre serán acertados, pero hay mucha savia nueva suelta y seguro que con buenas propuestas que poner en práctica. Da igual el color político que sea.

No hay que tener miedo a la renovación de ideas y a los nuevos modelos de gestión. Las instituciones lo merecen y sobre todo lo necesitan para poder darse un nuevo impulso. Y va siendo hora.

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