Si en lugar de fijarnos en los bajonazos de este Gobierno, que amnistía a los delincuentes fiscales y banqueros ladrones, pero condena a tres años de cárcel a quienes mantuvieron un cuerpo a cuerpo con diputados catalanes sin consecuencias para la parte cuya autoridad se trataba de defender, supuestamente, si en lugar de eso, digo, tomamos un poco de perspectiva, vemos que el tenderete financiero maniobra para que la libertad de conciencia y la conciencia libre se conviertan en bien escaso y en su lugar haya hordas vociferantes, asustadas, dispuestas a emprenderla a palos contra cualquier enemigo irreal, negros de patera y gente así.
Es eso del banco o de la compañía eléctrica que «graba esta conversación por su seguridad». No me digas: las personas decentes no graban conversaciones (salvo que sufran chantaje o acoso), eso es cosa del Pequeño Nicolás, Villarejo, la morruda catalana y sus detectives. Ahora la nueva infamia se llama TTIP, siglas, en inglés, del tratado comercial que preparan la Unión Europea y Estados Unidos y que nos puede dejar a todos en calzones. O sin ellos. Es la paradoja de este tiempo: los Estados tienen más medios que nunca, pero renuncian a serlo y aceptan entrar en la nómina de las corporaciones. Por dinero, claro.
No tengo idea de los planteamientos políticos y fundamentos de derecho que inspiran el TIIP, pero el detalle de su secretismo, de su sigilosa gestación, la circunstancia de que incluso a los parlamentarios europeos se les permita consultar el borrador sólo en inglés, con el tiempo tasado y sin libreta de notas o móvil, hace temer lo peor en varios frentes: el placer, la soberanía alimentaria, la viabilidad del negocio agrícola y la diversidad de las especies naturales y/o criadas. Los vinos europeos, por ejemplo, tienen normas muy estrictas; los americanos, no. En EE UU los transgénicos y los alimentos manipulados no tienen límites, salvo los sanitarios; aquí se exigen papeles sobre el origen, tipo de crianza y tratamiento de cada producto. Como medida preventiva, compremos producto cercano. Y exijamos información.
