El día 7 de mayo de 1945, hoy hace 70 años, los primeros blindados aliados entraban en el campo de exterminio de Mauthausen donde los propios presos ya les habían hecho la faena autoliberándose de sus asesinos. Boix, fotógrafo republicano español, llevaba tiempo dejando clandestino testimonio de lo acontecido; gracias a él hoy son irrefutables las pruebas de lo que allí pasó.

Afortunadamente, otra foto grabó para la historia la pancarta en nuestro idioma saludando a los aliados victoriosos en nombre de los republicanos antifascistas españoles, libertadores de aquel campo.

De no ser por esas pruebas seguramente se hubieran borrado los hechos y sus protagonistas, como pasó en otros episodios sobre los que costó arrancar el simple reconocimiento de que allí también estuvieron los republicanos españoles. Cuando no los protagonizaron, como la liberación de París o la ocupación del Nido del Águila, que se apuntó en su totalidad la 101 Aerotransportada americana. Otra foto da testimonio de que aquello fue un éxito compartido.

No tengo muchas esperanzas de que la efeméride del 7 de mayo alcance mayor relevancia que este artículo. Hoy, lo que prima es la contienda electoral y la política-espectáculo. No creo que haya mucho espacio para aquellos héroes que se batieron el cobre por los principios que hoy otros dicen hacer suyos en este aniversario redondo. Precisamente estos días es cuando más en juego están aquellos principios con fuerzas políticas que juegan a despistar sobre lo que son y lo que no son, algo que nunca es bueno. Aquellos principios empezaban por la verdad y el honor, y andar escondiendo lo que se es no creo que sea el mejor homenaje a los que lo dieron todo por ellos; hoy se juega a un pérfido márquetin electoral que tiene mucho de engaño a los humildes e incautos, algo que choca frontalmente con lo que siempre ha sido el republicanismo y la izquierda. Quizá sea que yo soy tan antiguo como aquéllos, pero no me gusta nada lo que se nos está imponiendo como nuevo método político.

Ojalá, y recordando a los que tanto lucharon dando la cara, con la verdad por delante, los electores españoles rechacen la falsedad y esa nueva política de apariencias y espectáculo en lugar de la que consiguió los avances sociales que hoy ya no tenemos, aquella que formaba y transformaba desde la calle y desde el BOE. Hoy, ese sería el mejor homenaje a los que se dejaron la piel y la sangre luchando por conseguir primero las libertades, y después los avances sociales que supusieron la mejor época nunca vivida por los trabajadores y el pueblo español. Ojalá esta España y esta Europa volviesen a ser las que aquellos republicanos españoles contribuyeron a forjar.