Sabía boda en Sueca envuelta en la nube de algodón de otros acontecimientos paralelos. Se casaban mis sobrinos Bea y Vicent „ella una impresionante belleza morena delimitada por el palabra de honor y él un caballero apuesto y con toda la barba„ y, además, se disputaba el Madrid-Valencia y los romeros de la Cheperudeta habían iniciado su camino, ocho de la tarde, con cantimplora y camiseta: primera estación y cena, Sollana. Llegada a Valencia el domingo a las seis, para la Misa de Infantes.
En este caso se repiten algunos ritos ancestrales „los hombres en el bar, viendo el partido, y las mujeres, en la ceremonia (religiosa)„ y otros inaugurales, como veremos. Los gritos por los dos goles del Valencia traspasan los muros del Carme y el cura se ve en la obligación de aclarar que el fútbol también forma parte de los planes divinos y que él mismo había jugado de portero. Y entonces se produce el vértigo de los reencuentros: con mi tía Tonica que pasa de los noventa y tiene biznietos en Londres, con mis primos Modesto y Luis: a Luis se le ha puesto cara atezada de campesino francés. Modesto hizo la mili en Sidi Ifni (fabricaba cruces con espinas de puercoespín y las esterillas que creía obra de las kábilas eran made in Alcoi), se casó en Francia (la familia de aquí llegó en un 600 y en un Simca 1000) y aterrizó en París con los adoquines a punto para las barricadas, 1968.
A París se van mi hermano Juanjo y mi cuñada Macu, inquieta porque allí se crió y volvió moza y no sabe qué extrañas emociones pueden cruzarla. El Madrid ha empatado: nos quedamos sin el jamón de bellota que prometió un amigo para el caso. El empate dará para cien gramos de mortadela. Entre la charcutería y la poesía estaba mi pariente Josep Lluís Fos, invitado a la boda, que sale en la antología Carn fresca, ahora recuperada. Los platos se sirven con música de romanos y los novios desfilan mucho. A mi cabeza llega, una y otra vez, el pitido de una locomotora de vapor en una lejana noche de verano. Un pitido largo y con sabor de escapada, con pólenes y vientos adheridos.
