La cadena humana que UGT PV ha organizado para este 20 de mayo es una metáfora de lo que está ocurriendo en la Comunitat: trabajadoras y trabajadores, con y sin empleo, con más o menos poder adquisitivo, que se dan la mano solidariamente porque el gobierno les ha dado la espalda. Desde que estalló la crisis, los poderosos y los que les sirven en los ejecutivos, han diseñado un mundo en el que solo sobreviven los más fuertes. Un mundo injusto y peligroso para la clase trabajadora, por lo que es hora de despertar y responder con contundencia.

Después de un largo lustro de crisis, los que vivimos en la Comunitat Valenciana sentimos sus efectos con más dureza que en otras comunidades. Estamos a la cola en todo. En educación, nuestras niñas y niños son los que menos inversión reciben y los que más pronto abandonan las aulas, dificultándoles competir en igualdad de oportunidades. En investigación y ciencia vemos cómo todos los centros, como el Príncipe Felipe, cerraron por falta de financiación. ¡Qué decir de nuestra sanidad o de los servicios sociales!, su financiación está muy por debajo de la media, y muy por encima en cuanto a pelotazos y adjudicaciones a multinacionales.

Las políticas de este gobierno nos han hecho campeones en precariedad laboral, destrucción de empleo y economía sumergida. También somos los primeros en contratos temporales, precarios, por horas, mal pagados, que no nos sacan de la pobreza. No me cansaré de repetir que hay que acabar con esta nueva categoría de trabajadoras y trabajadores pobres, que estando empleados tienen que recurrir a comedores sociales, a la solidaridad familiar y de amigos, a organizaciones ciudadanas para evitar la exclusión; en definitiva a la gran cadena humana que hemos creado para contener los efectos de la crisis y de las políticas del gobierno. Esa gran cadena que este miércoles saldrá a la calle para decir basta.

Pero no solo nosotros hemos creado una gran cadena. Los poderosos y sus poderes fácticos también. Pero la de ellos nos ahoga y nos hiere, porque nos lleva a un mundo inestable, sin seguridad; donde perder el trabajo y convertirnos en pobres abocados a sus exigencias es una realidad presente en nuestras vidas. No importa tu poder adquisitivo, tu profesión, tu estatus social. Hoy en día basta con perder tu trabajo, ése que poseemos ya sin casi derechos, para convertirte en un paria. Y nos hiere porque no podemos olvidarnos del «que se jodan» de la diputada del PP en el Congreso Andrea Fabra.

Por eso el 24 de mayo tenemos la oportunidad de poner freno a tanta codicia. Y por eso apelo a la responsabilidad. No podemos votar a quienes nos explotan, a quienes han hecho negocio con nuestro bienestar, a quienes nos roban y cuentan los «millones de pelas» en el coche. Porque si les damos nuestro voto, nos convertimos en lo mismo y no podremos exigir justicia ni igualdad. Si les damos nuestro voto, estaremos poniéndonos nosotros al cuello esa cadena que nos ahoga. Y por eso, los que creemos en la fuerza de las personas y en las cadenas humanas de verdad, como la que UGT PV hará este miércoles, tenemos la posibilidad de cambiar las políticas este 24M. Estamos seguros y seguras de que la clase trabajadora lo haremos posible.