Como la mayoría de los valencianos damos la enhorabuena a los partidos políticos progresistas vencedores en las elecciones a la Generalitat Valenciana. Tienen una tarea ingente por delante, tarea difícil que exige una gran capacidad de pacto entre los partidos progresistas, de diálogo con los perdedores, y de comunicación y transparencia con los ciudadanos. No hay coaliciones de perdedores, como han afirmado, sin cesar algunos en los últimos tiempos. Se coaligan los ciudadanos representados por los partidos políticos, cuando éstos no obtienen una mayoría absoluta necesaria para gobernar, o cuando se opta por integrar en el gobierno o en las cámaras mayorías muy amplias, necesarias en ocasiones para afrontar con éxito grandes reformas. La coalición de partidos para lograr mayorías amplias no solo es legal, sino legítima, la única legítima, pues en otro caso postularíamos el gobierno de la minoría sobre la mayoría social. Pero los que no votaron a los vencedores no deben convertirse en enemigos o en ciudadanos de segunda clase, sino que deben tener los mismos derechos y obligaciones que los demás ciudadanos y sus aspiraciones deben tenerse en cuenta. Así debe ser en una democracia avanzada que pregona nuestra Constitución, en que todos los ciudadanos consideran a los gobiernos salidos de las urnas como suyos, como sus vicarios.

Una coalición exige un nuevo programa de gobierno, pues resulta obvio que ninguno de los partícipes puede imponer a los demás su programa. Llegad a acuerdos y explicadlos a los ciudadanos, pero nunca pactéis silenciar la corrupción. Que el aire fresco entre en la política, abriendo puertas y ventanas que nunca deben ser cerradas. Dad ejemplo.

En los últimos tiempos se ha reprochado la capacidad de pacto de los dos partidos hegemónicos en las últimas décadas, el PSOE y el PP. Y este reproche nos parece injusto, pues lo contrario sería tanto como postular el gobierno de unos contra otros, la fractura de la sociedad española. Muy al contrario, en nuestras circunstancias, resulta necesario potenciar los pactos y no solo entre los vencedores, sino también con los perdedores, para crear un gran espacio para la convivencia.

Aunque en las campañas electorales los partidos políticos se confrontan de tal modo que parecería que se podía producir un cataclismo en la sociedad si vencieran unos u otros tras las elecciones, las opciones que se han presentado en estas elecciones locales y autonómicas, más allá de las liturgias electorales, se parecen mucho. Y esto no es negativo, pues las opciones que permite la realidad no son tantas como los partidos políticos en contienda. No obstante, una vez más ha faltado explicación de los programas y han sobrado escenografía televisiva y mítines plagados de tópicos.

Al margen de las anteriores divagaciones queremos pedir a los vencedores en las elecciones que, además de pactar sus programas, no olviden que deben gobernar no solo a la mayoría que representan, sino a la totalidad de los ciudadanos de la Comunitat. No cometáis el error de convertir a los perdedores en enemigos irreconciliables. No generéis más fracturas en nuestra sociedad. Dad una lección a vuestros predecesores en el gobierno que, apoyados en una mayoría absoluta, dividieron a los ciudadanos valencianos y marginaron a grandes sectores de la población. Tomad como objetivo convencer a los ciudadanos de las políticas que emprendáis ofreciendo la máxima transparencia. Abandonad en el discurso de gobierno cualquier tufo partidista. Afrontad con toda la firmeza que sea necesaria el fin de la marginación de los más débiles, pero no os convirtáis en un gobierno que demonice a los empresarios, pues sin éstos no será posible salir de la crisis; por el contrario, incorporadlos al proyecto de progreso que debéis protagonizar.

Si vais a restablecer los muchos servicios sociales que se han ido abandonando en los últimos años, hacedlo explicando hasta qué punto nos interesa a todos una sociedad solidaria. Si vais a frenar la privatización de los servicios públicos esenciales como la sanidad y la educación, hacedlo sin demonizar una sanidad y educación privadas que con límites claros pueden complementar a las anteriores. Si vais a restablecer la radiotelevisión valenciana, hacedlo de manera que todos los valencianos se sientan orgullosos de serlo, desterrando cualquier versión que se parezca a una televisión partidaria. Si vais a impulsar la investigación y el desarrollo, hacedlo teniendo en cuenta nuestras universidades públicas. Si abordáis la elaboración de un gran proyecto de desarrollo sostenible, que nos lleve a erradicar el desempleo y la marginación, contad con los empresarios, los sindicatos, las universidades y las organizaciones y asociaciones cívicas que han acreditado su compromiso con nuestra sociedad.

Es posible gobernar para la inmensa mayoría, claro que es posible, aunque existirán siempre sectores que pretenderán reproducir una nueva versión de las dos Españas. Demostrad que podéis gobernar marginando todo sectarismo. Eso es lo que esperamos de los vencedores, generosidad, amplitud de miras y visión de Estado y de comunidad en esta etapa crucial para nuestra sociedad.