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El moran- concurso

Los Morancos vuelven a TVE con un encargo extraño. En vez de su show y su Omaíta, los han metido en concurso de once varas en la maltrecha tarde de La 1. Y la cosa no funciona. Jugamos en casa ha empezado esta semana de manera decepcionante y no será fácil que remonte. En primer lugar, porque los presentadores se empeñan en hacer humor cada vez que hablan. Y aunque eso sea lo suyo, lastran el ritmo del concurso, que debería ser lo principal.

En televisión, quien tiene un concurso de éxito tiene un tesoro y para mucho tiempo. Así que Televisión Española, después de intentar fórmulas innovadoras para su tarde, copia lo que a las otras cadenas les funciona. Ni triunfó Toñi Moreno con su magazine ni Aquí la Tierra puede ser un éxito. Así que ha vuelto a la fórmula de los culebrones históricos en la sobremesa siguiendo la estela de Antena 3 y ha puesto a César y Jorge Cadaval a competir contra Pasapalabra y Boom. Como en el primero, hay pulsadores y famosos formando equipo con los concursantes. Y aquí pasan el rato abrazándose y gritando. Parecen pasarlo fenomenal pero, desgraciadamente, la sensación no se contagia al espectador.

Culturilla general, canciones, mímica, un puzle... Las pruebas son más de lo mismo y la mecánica del concurso, también. El juego parece secundario y no despierta interés. Entre dos Telediarios en caída libre hay un desierto de audiencia y la mejor cuota de pantalla de TVE está en La 2: Saber y ganar. Tras el rotundo fracaso de Ramón García con otro concurso, El legado, preveía una apuesta de La 1 más atrevida. Habrá que esperar al próximo estreno de Bertín Osborne.

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