Hoy nuestras instituciones mudarán la piel. Se adelantó el rey cuarentón dándole un toque a su hermanita para ver si el urdarinazgo capta que, poniéndonos optimistas, se han acabado las tonterías. Siendo así, Rita ha preferido retirarse por el foro y aparcar para los restos el ayuntamiento a pesar del honor que le ha supuesto presidirlo. Siempre excesiva, no renunció en su despedida al tono encarnado de la chaqueta no fuera a creer nadie que el rojerío la achanta. Como aún menos lo ha practicado ante los suyos, no parece que Fabra haya hecho movimiento alguno para contener la entrada de las hordas en el consistorio. Durante el recuento del 24M, Castedo no daba crédito a que la lista de su partido en Valencia se hubiese estancado en la decena pero, al confirmarse, tampoco hizo nada por evitar que se le escapase la sonrisa floja.
Se trata del ambientazo por tanta mandanga con denominación de origen que les ha traído el descalabro. Y frente a ello, la nueva cara del sábado con apariciones relucientes. Por encima de todas, la de Manuela Carmena con lo que tiene también de entierro de la sardina tamayera. Muy segura se ha mostrado la Tierno con rizos de que no se repetirá la historia. ¡Ojo a los espectáculos! Ahí tienen a Piqué pagando las consecuencias de la gran pitada por lo que, de dar pie de nuevo al número aquél, no descartan que los de la grada de enfrente formen un 2 de mayo en Lavapiés. Por su parte, Cádiz abre paso al carnavalero Kichi, maromo de la aniñada Teresa de Podemos, apodados ya los Clinton por sus paisanos. Pero no vale asustarse. Por mucho que esto cambie, Sálvame permanece. Peñafiel no da abasto y Vargas Llosa tiene espacio propio patrocinado por Porcelanosa. Ya lo anticipó Guerra 30 años atrás: «A España no la va a conocer ni la madre que la parió». Es nuestro realismo mágico.
