En Madrid quieren quitarle la calle a Jardiel Poncela.
„Huy, mi madre me advertía de que en Madrid había que tener cuidado para que no te robaran, pero, mujer, de ahí a que te quiten una calle entera, con papeleras y con pobres y todo, hay que ser un poco tonto. ¿Quién es ese Jardiel?
„Fue un humorista muy inteligente y muy gracioso que hizo teatro, novela, cine, artículos de periódicos.
„¡Y para qué querría un humorista muy listo tener una calle en Madrid! Antes, cuando un padre rico quería tener un hijo tonto le regalaba unos pisos en el barrio de Salamanca y lo volvía rentista. Y ya no necesitaba usar la inteligencia para nada...
„En vida, Jardiel quería tener una calle para usarla andando hasta el coche. Una vez salió a la calle y llegó a Hollywood pero otro día volvió y al final de su vida no salía de casa.
„Ay, qué hombre tan excéntrico que dejó de ser extravagante. Perdería la costumbre de salir.
„La habrá perdido al juego, porque tenía la costumbre de jugar. Debía de encontrarse bien perdiendo de todo porque murió en la ruina.
„¡Qué extravío!
„Cuando juegas tienes que acostumbrarte a perder y eso también te prepara para que te quiten. La SGAE le quitó el coche, la censura le quitó párrafos y obras y el público le quitó el respaldo en algunos estrenos, con lo que él gustaba al Madrid del teatro y del Abc. En Sudamérica, los antifranquistas le boicotearon una gira teatral. Dicen que su yerno, Alfonso Paso, le quitó ideas de los borradores que dejó en el escritorio.
„Entonces no le extrañará que le quiten la calle. Además, ahora que está muerto ¿para qué le sirve?
„Para que le recuerden.
„¿Y por qué se la quitan?
„Por la memoria. Fue falangista cuando la guerra.
„Ah, pues será que el recuerdo es de derechas y la memoria de izquierdas.
-Ya, pero si la izquierda le quita la calle hará como la derecha, que le quitó lo que no perdió. Hay que dejarse de extremismos: que le quiten sólo la acera de los pares.
