El Valencia Club de Fútbol que entrenaba Rafa Benítez no ganó en Vallecas en vísperas de proclamarse campeón de Liga. Fue con alineación un tanto singular. El Valencia L.M.N. no pasó del empate en el campo del Rayo con equipo mendesiano en el que faltaron jugadores del Club de Fútbol, es decir, Gayà, Feghouli y Parejo. Visto lo sucedido, si se piensa en el primer dato anunciado se puede ver la botella medio llena. Si se cuenta con la segunda, medio vacía. Si uno se coloca en mitad de lo que pueden pensar seguidores de uno u otro contenido del recipiente, lo salomónico es creer que no sucedió nada grave y que el futuro está por llegar. De momento, más incógnitas que certezas.
Que las sanciones por tarjetas amarillas se prolonguen de temporada en temporada puede considerarse una estupidez, propia de leguleyos que creen más en la letra que en el espíritu del reglamento y de ahí que se mantengan en sus trece. Si uno de los tres, o los tres a la vez, hubieran seguido, un suponer, el camino de Otamendi, habrían jugado en la Premier sin problemas.
Otamendi no jugó en Vallecas y estamos a la espera de concretar que jugador de la empresa Lim-Mendes-Nuno le va a reemplazar. No podría considerarse ni siquiera ironía del destino que el dinero ingresado por el argentino, restados los emolumentos de Mendes, sirvieran casi para llegar a lo comido por lo servido si el reemplazante fuera Garay. A Mónaco irá el equipo sin un central de garantías porque la operación venta de Otamendi no ha podido ser más errónea. De cualquier manera, como decía mi amigo José María Vicent, en el trinquet venzan rojos o azules quien siempre gana es el trinqueter.
En Montecarlo, tanto si pasa la eliminatoria el Valencia, como si lo hace el equipo monegasco, quien saldrá beneficiado será Jorge Mendes, el hombre que maneja traspasos y fichajes de ambas sociedades. En FIFA y UEFA están contra los fondos de inversión, pero parece que no están contra los fondos buitre.
Empatar en Vallecas no es para mesarse los cabellos salvo que uno hubiera deseado ver mejor juego. Lo preocupante es el hecho de que Nuno no acaba de definir el equipo. Hacer rotaciones en el primer partido de Liga, parece precipitado. La pérdida de dos puntos en el debú de Liga se compensará moralmente eliminando al Mónaco. Mestalla está, por el momento, pletórico de ilusión. La decepción en Europa costaría digerirla.
