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Teatro gráfico

El reconocido fotógrafo José Luis Abad acumula en su historial notables exposiciones de diversa índole. Ahora ha querido hacer un guiño cómplice, humorístico y desenfadado, al carácter vitalista y exuberante de los valencianos, centrándolo en algo tan popular como el goloso binomio Orxata i fartons.

Como sobre esto ha dicho el psicólogo José Luis Alba Robles, se trata de «una metáfora de la abundancia», mostrando la contradicción de una sociedad «que busca el precario equilibrio entre lo que deseamos poseer frente a la incapacidad de lograrlo» y se desvía al «derroche de lo inmediato contrapuesto a lo duradero». En suma, a través de las poses caricaturescas de personajes localistas nada reacios al exceso, José Luis Abad ha construido una sucesión de escenas que provocan la sonrisa, cuando no la carcajada.

Digo «escenas» porque realmente son como imágenes congeladas de una representación teatral, en la que el gesto y la caracterización ahorran las palabras. En cierto modo, esta exposición de Abad instalada en el Café Cómic (Sueca, 33) hasta el martes, enlaza con la «Mostra Internacional de Mim» que comenzará el día siguiente, miércoles 16, en la localidad que precisamente da nombre a la citada calle ruzafeña: Sueca. La edición número 26 de la Mostra -con actores y compañías llegados de Francia, Chile, Italia, Dinamarca y Australia, unidos a valencianos, andaluces, catalanes y gallegos- es una auténtica cumbre del arte escénico basado en el lenguaje corporal cultivado en sus infinitas posibilidades. A escala reducida y limitada, sin disponer de la movilidad y dominio físico de los mimos, también los hombres y mujeres que ha captado la cámara de José Luis Abad, se valen de la mímica para expresar una situación, para plasmar un momento escénico. Todo sin palabras.

No nos iría mal si cundiera el ejemplo, y en la vida diaria pudiéramos prescindir de la palabrería -en ocasiones vacua, y en otras de intención torcida- que actualmente prolifera hasta inundarnos sin tasa.

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