La casualidad ha creado un nuevo triángulo artístico. El azar sí, porque Rafael Company, José Ignacio Casar Pinazo y José Miguel García Cortés no se conocen. Los responsables del MuVIM, Bellas Artes e IVAM „los dos primeros con cargo estrenado„, pueden seguir sin hablarse, pero el relanzamiento de la Parpalló se interpretaría como competencia desleal en la etapa anterior. Ahora en cambio y como reconoce el diputado de Cultura, Xavier Rius, la coordinación institucional viene precedida por una política común, precisamente porque en todos los casos está en manos de Compromís, mejor dicho del Bloc; siendo la única parcela del Consell fuera del mestizaje proclamado, pues Carmen Amoraga es el oasis del PSPV en la marea «taronja», y quedó relegada de la cumbre de primeros de agosto donde el valencianismo escenificó su monopolio cultural. Allá y con la presencia del conseller Vicent Marzà, la vicepresidenta de la Diputación, Maria Josep Amigó, el diputado Rius y los concejales de Cultura y Fiestas de Valencia, Glòria Tello y Pere Fuset, se decidió poner las bases para evitar la contraprogramación. Corresponde ahora que Company, Casar y García hagan lo propio, para que nos creamos el anuncio de la desparición del tutelaje político. Los tres deben ofrecer una alternativa artística como Valencia merece, para que la programación cultural sea un activo turístico de la ciudad como teorizó ayer el alcalde Ribó. Seguro que hay exposiciones comprometidas para este curso que empieza, pero urge un primer encuentro de cara al próximo verano, para hacer del paseo que sale del Parque Cultural de Ciutat Vella, continúa por Guillem de Castro y el Jardín del Turia hasta el San Pío V, o viceversa, un itinerario atractivo y complementario a la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
