El Villarreal es líder de Primera y ello ya no puede causar sorpresa. En la campaña 2007/o8 fue subcampeón detrás del Madrid y con diez puntos más que el Barça. Fueron los años en que Vila-real ciudad entró en el mapa. Lo hizo a patadas y ello es uno de los débitos de la población con el fútbol. El club lo preside Fernando Roig Alfonso, dirigente que no goza de muchas simpatías en los medios informativos del Cap i Casal y tampoco cuenta con fervientes turiferarios en Madrid. Roig no ha sido ejemplo para muchos de los presidentes de Primera porque ha conseguido mantenerse en la elite y dando ciertas matracas mal entendidas en Madrid. Es presidente incómodo.
Fernando no pertenece al cuerpo diplomático. Esas son labores de su hermano Juan. El mayor, Paco, no se parece a ninguno de los dos. Fue presidente del Valencia y no logró asentarse. Se dirá que no es lo mismo el Valencia que el Villarreal, pero también se puede decir que las políticas seguidas son bien distintas. Una de las misiones que se encomendó en Madrid fue la de acabar con la indignidad del reparto de los derechos televisivos. Casi todos tragaban con que Madrid y Barça se llevaran 150 millones de euros y había clubes que no llegaban a los quince. La mayoría de los presidentes aceptaban los cuatro duros que parecía que les regalaban los grandes. Era falso que los dos vendieran sus derechos. Vendían los suyos y los de los demás. Con los de ambos sólo podía haber dos transmisiones. Al fin, se ha salido con la suya y el reparto es más equitativo. Y ello, pese a la negativa del Real Madrid que lo quiere todo para el.
Fernando ha hecho del club que preside una institución que tiene buena imagen desde el punto de vista económico. La que no poseen muchos de los restantes. No tiene cuentas pendientes con Hacienda y la Seguridad Social y de vez en cuando, como es el caso del Atlético de Madrid, tiene un club deudor a costa de un traspaso. El de Forlán, cuyo pago sufrió demoras en el pago.
El dirigente del Madrigal pone a cero las cuentas y si es preciso con su patrimonio. Ello no puede tener buen clima entre sus colegas. Todos los años da lecciones de buena administración porque compra barato y vende caro. Su manejo de las plantillas es ejemplarizante. Un jugador argentino que tuvo una oferta del Villarreal puso a su padre al teléfono para que hablara con un compatriota que ya llevaba tiempo en el club. «Aquí, el día 30 se cobra». No hubo trabas para el contrato.
Por el palco del campo pasan exjugadores tanto si pertenecen a clubes españoles como si tienen ficha en Italia o Inglaterra. Pepe Reina, Pirés, Guille Franco, Craioveanu, Gabriel, Cazorla, o Senna, no han perdido la ocasión de regresar al Madrigal en fechas en que se lo han podido permitir. Diego López estuvo en el palco el día en que el equipo volvía Primera. El año en que se veía que bajaba, desde Buenos Aires, Juan Román Riquelme dijo que si le llamaban volvía para salvar al equipo. Y Riquelme se fue con cierto disgusto. Palermo se casó en Buenos Aires y pidió a un dirigente villarrealense que acudiera al acto porque lo quería como padrino.
Marcelino es entrenador que gana galones cada año, pero es feliz en un club en el que la estabilidad es norma permanente y ello da tranquilidad para trabajar sin estrés. La primera plaza es circunstancial porque sería estúpido que alguien creyera que se puede llegar al final en tal posición. No obstante, la ilusión del pueblo y de muchos seguidores de la provincia se mantiene aunque se caiga a posiciones inferiores. El Villarreal se marca la meta de mantenerse y lo demás es premio añadido. Saber dónde se está da la felicidad que el fútbol, en general, no suele dar.
POSDATA. No puedo presumir de ser amigo de Fernando Roig, ni viceversa, ni pertenezco al club de turiferarios. Conste.
