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El triunfo de Motos

Pablo Motos hizo doblete el miércoles por la noche. Aún estaba en directo en su casa, El hormiguero de Antena 3, cuando a la vez empezaba su visita como invitado en la de Bertín Osborne de La 1. Y fuimos muchos los espectadores que le acompañamos en su traslado temporal porque En la tuya o en la mía marcó récord de audiencia y arrasó en comentarios de Twitter... para bien. La conversación con el padre de Trancas y Barrancas valió la pena: el habitual entrevistador es un magnífico entrevistado con una historia de superación personal que vale la pena escuchar.

Bertín y Pablo son tan antagónicos en tantos aspectos que la conversación consiguió enganchar incluso a los incrédulos y escépticos, entre los que me hallo. Motos resultó más interesante como personaje que la mayoría de las estrellas de Hollywood que pasan por su programa. Cierto es que ellos van a divertirse a El Hormiguero y él fue a desnudarse para hablar de sí mismo, cosa bastante más difícil y menos glamurosa.

La historia improbable de éxito de un niño de Requena sin recursos familiares tiene mucha fuerza contada en el chaletón pijo de Osborne. Paradojas de la vida. No fue una entrevista sino una charla en que Pablo Motos rememoró su camino cuesta arriba desde la radio local hasta la cima mediática madrileña con la naturalidad de los mejores relatos. Una desmitificación del éxito y una reivindicación humilde del trabajo de quien en verdad se ha hecho a sí mismo y ahora tiene grabado en su móvil el teléfono de Jennifer Aniston. Claro que le envidiamos, faltaría más. Pero no solo por eso: su triunfo es que disfruta haciendo en la tele las cosas que todos los niños querrían hacer. Y en vez de reñirle, le pagan.

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