Gracias a que los informativos promocionan sin rubor todo tipo de programas de las cadenas «hermanas» „que no amigas„, es imposible no enterarse de que en Mega estrenan Cosmos, una nueva versión de la serie de divulgación científica de Carl Sagan, creada por el equipo que trabajó con él en los ochenta.
Salir de mi zona de confort generalista hasta me obliga a resintonizar la tele porque no lo hice en su momento cuando Atresmedia presentaba Mega como el nuevo canal para «hombres modernos con ganas de divertirse». De hecho, sufro unos minutos viendo el reality estadounidense Empeños a lo bestia hasta que aparece Carlos Sobera, que introduce rápidamente el capítulo «En medio de la Vía Láctea».
Con el astrofísico Neil de Grasse Tyson, volamos en la nave de la imaginación que muestra y explica las cicatrices de la Luna, el infierno de Venus, la vecina Andrómeda, el supercúmulo de Virgo, cien mil millones de galaxias? Sentimos la inmensidad del espacio con imágenes espectaculares acompañadas de una excelente banda sonora de Alan Silvestri. En una secuencia animada, el toque de interés humano con Giordano Bruno, que murió en la hoguera por defender que el universo no tenía límites como tampoco su Dios infinito.
Fascinante también la narración del tiempo cósmico. Si el 1 de enero fue el Big Bang y el cumpleaños del Sol es el 31 de agosto, toda nuestra historia sucede en Nochevieja, en los últimos 14 segundos del minuto 59.
Cuando sigo pensando en que todos estamos hechos de restos de estrellas, esperando disfrutar de los créditos, vuelve Sobera. Otro capítulo, sobre la evolución y el ADN. Este fue todavía más visto que el primero: tercero en el ranking del día de todas las temáticas, después de Bob Esponja y una película de acción. No está mal.
