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Más cine, por favor

El mejor chiste de Regreso al futuro es aquel en el que le preguntan al chico quién es el presidente de EE UU en los ochenta y él contesta: «Ronald Reagan». «No fastidies „le contesta el mad doctor„ y ¿quién es secretario del Tesoro? ¿Sammy Davis junior?». Sammy («Además de negro, soy judío»), no lo hubiera hecho mal: era listo en verdad y se hubiera limitado a apartar un dinerillo para vicios. Reagan, en cambio, fue rechazado, una vez, para el papel de presidente «porque no resultaba creíble». Lo más curioso de todo es que tras su segundo mandato, fantástico aunque real, podíamos decir de Reagan lo mismo que Cantinflas: «Me es inverosímil». Reagan tenía buen aspecto y pelo abundante: hubiese quedado bien como ujier de la Casa Blanca, pero ya había cumplido la edad de jubilación.

Ahora confiesa el guionista de esta película que se inspiró en Donald Trump para el personaje del malo, con lo que se cierra este ciclo anticipatorio que muy bien podría convertir los ensueños de una mente ociosa en una peste muy real. En efecto, Donald Trump, con ese pelo, mezcla de mocho amarillo y cresta arapahoe, no sólo puede ser malo, sino incluso pésimo: las apariencias, engañan; la peluquería, no puede. Cierto que tiene muchísimo dinero, pero eso sólo demuestra inteligencia para ganarlo, quizás no conozca la diferencia entre una mula y un camello. Los candidatos muy ricos son un problema para la estabilidad mundial: Estados Unidos ha conseguido exportar la idea del dinero como única vía de prestigio social. Y así vamos.

En fin que estábamos en esas y va y Telefónica anuncia una investigación por corrupción interna, lo que a mi me suena como si Hidroeléctrica examinara la posibilidad de haber quebrantado la ley contra los monopolios (si la hubiere). O igual que cuando los fabricantes de coches piden más «techo de emisiones», es decir seguir como hasta ahora, pero sin necesidad de disimularlo. Menos mal que nos quedan las películas donde, a veces, no sólo triunfa la justicia, sino que hasta parece que lo hace, que es más importante.

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