Espectacular fichaje el de Lila Albanozzo para su visitadísima tienda. Il baco da seta es, desde ahora, punto de venta del diseñador más laureado de la moda española: Juan Vidal. Para solemnizar la exclusiva se dispuso, en maniquíes estáticos, una muestra de su colección actual.
Se ensancha el ánimo contemplándola; es como reencontrar el buen hacer de la costura, animado por una inspiración actualísima a la ves que intemporal, fusión de aires orientales con pinceladas de unos soñados ños veinte. Como el propio Vidal me refería, cada prenda es íntegramente suya, empezando por la materia. «No me gustan „decía„ las telas ya ´hechas´, sino que forman parte de mi mundo. Por eso me sirvo de fábricas pequeñas, que me proporcionan lo que yo quiero, en Monóvar, Villena, Elda, Barcelona o Italia.
Así pudimos ver tejidos bellísimos, como el que llamábamos devoré, que realiza dibujos transparentes en la seda o el terciopelo, un satén sutilísimo, lanas esponjosas de suavidad casi olvidada. Las líneas son cadenciosas, demorándose en curvas y en piezas que elaboran asimetrías perfectas, magistrales cortes al bies, volantes que subrayan la caída de un vestido o aletean en los bolsillos de elegantes abrigos. Todo confluye en una sensación de movimiento, de flexibilidad. Vestidos de finísimo chiffon rosa palo, que se deslizan lánguidamente o alternan con la seda en negro plastrón delantero enmarcado de plumas. Los estampados de grandes motivos florales conectan con las evocadoras chinoseries de antaño. Un largo vestido de color coral con sisas y escote caja, ribeteados, resbala armoniosamente por la silueta. Y un gran abrigo estampado se erige en obra de arte combinando dos tejidos diferentes, en superficie y forro, delicadamente enguatados y pespunteados con tiras de otomán. En fin, Juan Vidal, que ya tenía buena distribución en Santander, Albacete, Murcia, Rusia, Italia y Kuwait, llega por fin a Valencia, para alegría de sus muchos seguidores.
No fueron pocas las que desfilaron el jueves por Il baco da seta bien atendidas por Lila y su equipo. Por ejemplo, Mamen Puchades, Nuria Vilarrasa, Ana Barrachina, Liana Ríos y su hija Liana Navarro, Carmen Vilarrasa, Amparo Escartí, Rocío Bacharach, Jacinta Carboni con Marta Saus, sin olvidar la embajada masculina: Pablo y Antonio Jordán, Fernando Vilarrasa, Jorge Vento, Javier Cruz, Josep Lozano, Juan Antonio Murgui y el cotizado pintor Jarr.
A propósito de nombres. En mi artículo del pasado domingo mencioné a Amparo Corell como «baronesa de Alaquás», cuando la denominación exacta es «baronesa viuda de Alaquás», ya que el título pertenece actualmente a Leonor Trénor, como explica su hermana Caridad. Me satisface esta aclaración a una familia particularmente muy apreciada.
