Netflix nos ha abierto un mundo de posibilidades. Con gran éxito y acierto, el gigante norteamericano ha estrenado en España el mismo día que en Estados Unidos su última creación, Jessica Jones, una nueva historia de superhéroes de la factoría Marvel que pretende repetir el éxito cosechado con la aclamada Daredevil. ¿Lo consigue? Analicémoslo.
Jessica Jones es la segunda serie del universo Marvel creada por Netflix. La idea es que los protagonistas de estas series acaben creando una nueva serie llamada Los Defensores. Krysten Ritter „a la que antes habíamos visto, en el universo seriéfilo, en Breaking Bad y la infravalorada Apartment 23„ es Jones, una antigua superheroína reconvertida a investigadora privada que tiene que lidiar con cierto personaje de su pasado que vuelve para trastocarle la vida, que tampoco es que tuviera muy ordenada en realidad.
El mérito de Jessica Jones es el mismo que el de Daredevil: aleja los superhéroes del mundo infantil o juvenil. Jessica Jones está más próxima a DC y a la oscuridad del personaje de Batman o de la serie Gotham que a las comedias de acción que son en realidad Los Vengadores y la saga de Iron Man, sobre todo. El tono de la serie recuerda al mejor cine negro de Martin Scorsese y hace mucho más accesible la serie al público que no esté familiarizado con el mundo de los superhéroes, lo que seguro que es premeditado.
Pero los «fans» del mundillo verán en Jessica Jones cientos de guiños a otros productos del universo Marvel, como constantes referencias a la «destrucción» de Nueva York en la primera película de Los Vengadores. Además, si eres de los que disfrutan con las series con trasfondo y una historia profunda detrás, te sorprenderás con Jessica. En definitiva, se trata de una serie altamente disfrutable, muy «maratoneable» y que hará las delicias de prácticamente cualquier tipo de seriéfilo.
